La Web 2.0 ha
contribuido a la construcción de canales multidireccionales e hiperconectados
donde los usuarios participan, se expresan, interactúan y colaboran. En este
contexto, las personas se muestran con una serie de atributos que definen su
personalidad online. Así, la identidad digital está formada por la información
sobre un individuo expuesta en Internet (datos personales, imágenes, registros,
noticias, comentarios, etc.), que conforma su descripción en el plano digital.
La reputación online, por su parte, es la opinión o consideración social que
otros usuarios tienen de la vivencia online de una persona o de una
organización identidaddigital.wordpress.com.
En mi opinión, la identidad digital es lo que somos para otros en
la Red o, mejor dicho, lo que la Red dice que somos a los demás. No está
definida a priori y se va conformando con nuestra participación, directa o
inferida, en las diferentes comunidades y servicios de Internet. Las omisiones,
al igual que las acciones, constituyen también parte de nuestra identidad por
lo que dejamos de hacer. Los datos, por supuesto, nos identifican. También las
imágenes, su contexto y el lugar donde estén accesibles proporcionan nuestro
perfil online (véase http://www.pantallasamigas.net/otros-webs/identidad-digital.shtm).
Mención especial
merece el uso que hacen los menores de la de Identidad Digital, ya que el uso
de los menores de la red debe ser responsable, por ello os invito que visitéis
esta página https://sites.google.com/site/tallerid11/
donde se exponen informaciones muy variadas sobre la identidad digital y los
menores.
“Como muy bien se afirma en el artículo: “La
identidad digital de los menores”, es muy importante la imagen que de nosotros/as
mismos demos en la red, pero mucho más delicado es el tema relacionado con
los/as menores que se inician en esta singladura y que va a entrar a formar
parte, desde ya, de su vida, incluso, en muchos, casos, va a sustituir algún
aspecto importante de la misma.
Lo ideal sería que esta primera
incursión la hicieran de la mano de algún adulto que les guiara y alertara de
los principales problemas y peligros que entrañan las redes sociales (sin caer
en el alarmismo), pero sabemos que, en la mayoría de los casos, esto no esa sí.
Es cierto, como afirma el artículo,
que las redes sociales no entrañan más peligros que la vida misma. Bueno, en
parte es cierto, pero también es verdad que en la vida “vemos” las caras y el
aspecto de las personas que aparecen en ella, sin que esto quiera decir que esa
sea su verdadera cara, pero sí que nos pueden levantar algún tipo de
sentimiento, emoción, una mirada, un gesto…..que no es posible identificar
cuando se trata de la red. Luego, pienso que en este tema hay que ser
cautos/as, pero no alarmistas como he dicho anteriormente.
Es esencial que, cualquier persona,
joven o menos joven sepa que hay ciertos datos de nuestra vida que no es
conveniente aportar: teléfono, dirección, declaraciones públicas o exhibiciones
en fotos (recién nacidos/as, primer biberón, primera papilla……….), puesto que
esto muestra parcelas de nuestra vida que deben formar parte de nuestra
intimidad.
Para concluir, y como muy bien se
afirma en el artículo, son los padres, sobre todo, los que tienen que estar
atentos a la actividad de sus hijo/as en cualquier red social, para evitar
cualquier acción que pueda poner en peligro la integridad de sus hijo/as. Pero
sabemos que esto no es así. También los centros educativos tienen su parte de
competencia, pero me parece que no nos debemos cargar con más tareas de las que
ya realizamos. Por supuesto que tenemos que estar ahí, puesto que muchos/as de
nosotros/as utilizamos las redes sociales con nuestro alumnado, pero, insisto,
la responsabilidad es de los padres”.